domingo, 22 de febrero de 2015

Gratitude



Hoy he hecho una pausa. He detenido el tiempo, me he salido del camino dando un paso a un lado y he echado la vista atrás. He visto fotogramas de la historia que voy creando. Esa sensación que llegó súbitamente fue de muchos colores. Mi hardware no falló cuando pulsé Play y pude escuchar sonidos, diálogos y ver a los personajes moverse otra vez. Sonreír, hablar, en la cotidianidad, en lo excepcional. Lo mágico. Fue de muchos colores. 

Llegó a mi nariz el olor de sus timbres de voz, el tacto de sus miradas, el frescor de sus esencias y sus virtudes. Esos personajes. A veces fantasmas, a veces ángeles. Quebradizos intentos de agarrar lo que fue, mientras caprichosamente el tiempo se escapa entre los dedos, como quien agarra un puñado de arena de playa, pero cuanto más aprieta menos tiene. Cuanto más se aferra, más está cayendo. Y no tiene ningún sentido. 

No se puede detener. Si no sigo caminando, no seguirá escribiéndose la historia, así que he de volver. He de reanudar el tiempo de nuevo y dejar que todo siga su cauce. 

Pero qué hermoso es tomarse un respiro y disfrutar del arcoíris. 

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