martes, 7 de noviembre de 2017

Cómo salvar el mundo

Un día te topas con un vídeo, una foto, una imagen o una historia por casualidad, que de nuevo toca tus cuerdas y reajusta los pesos de cada una de tus neuronas. Pone en perspectiva lo que realmente es importante frente a lo superfluo. Que te invita a conocer lo que está bien y lo que no, con claridad suficiente como para despejar cualquier duda en la afirmación. Es como es. Conocer lo correcto, sin analgésicos, sin guirnaldas.

Cuando algo atenta contra tu yo más superficial y mundano, contra la persona del siglo XXI envuelta en un vendaval de problemas del siglo XXI, los cimientos de esa persona práctica para su día a día, se tambalean. Ya no importa que el trabajo no haya salido según lo esperado, que la cuenta no tenga tantos ceros como quisieras o que la pantalla del teléfono esté tan fragmentada como la propia sociedad que la pone en la calle. Sencillamente algo así te derriba, te sacude y el polvo alienante que te cubría dibujando un  muy lejano, se desprende revelando tu verdadera naturaleza. 

Ya nada importa. Los problemas se suprimen y las verdaderas causas afloran, en sus n dimensiones, para recordarte que siempre han estado ahí, pero que en algún punto decidiste aceptarlas. 

Cómo salvar el mundo

1. Mira más hacia dentro que hacia fuera.
2. Cuestiona todo.
3. Si puedes mejorar algo, hazlo.
4. Presenta batalla(s).
5. Aprende el valor del respeto. Por ti, por todos y por todo. 
6. Nunca dejes de aprender. 
7. Descubre.