domingo, 8 de enero de 2017

Un domingo cualquiera...

Cuando uno emplea gran parte de su tiempo de asueto en labores que no son exactamente lo que desea en el corto plazo, pues sí, acaba hasta ahí. 

Heme aquí, tras una mañana de domingo pateando Madrid, hurgando en una librería, visitando las callejuelas del Barrio de las Letras, el edificio de la Real Academia y tomándome un café en el Gijón, dispuse de mi tarde para seguir ordenando asuntos no tan bohemios pero sí más prácticos como son los cabos sueltos que debo atar antes de la siguiente sesión del máster. 

Y así llevo toda la tarde. Mientras los nuevos libros que tengo a mi vera (Guitarra para Dummies  y un compendio de Lovecraft) susurran y me hacen mirar de soslayo, yo no dejo de forzar mi concentración. Es como el carrito de la compra al que le baila una rueda y tiende a desviarse cada dos pasos contra cualquier estantería, lo que obliga a estar constantemente en una batalla con aquel chisme para mantenerlo recto mientras intentas avanzar. Pero se sigue desviando. La rueda está rota. Seguirá desviándose hasta que lo dejes. Esa ha sido mi concentración hoy. 

No contento con haber acabado mis tareas, me pongo con el blog. No porque la inspiración me haya invadido así tan de repente como a uno le entra el hipo, sino porque llevo años diciendo que este espacio va a ser más regular en cuanto a publicaciones y, demonios, no lo es. Tengo relatos a medias, meses (diría que años) vacíos de entradas... ¿es que no ocurrió algo interesante? pregunta el lector ahora... Pues sí, muchas cosas. No todas como para detallarlas por aquí, aunque sí para dejar su estela. Como cuando te cruzas con esa persona, que pasa frente a ti, dejando tras de sí una esencia que se agarra a la memoria. 

Si tuviera que pensar en una estela perfumada ahora, hablaría de las personas maravillosas a las que conocí. Seguiría con las que me volví a encontrar. Después hablaría de trabajo, empezaría a soltar rollos de lo que ando haciendo ahora, transformando ese sutil aroma en un pestazo empalagoso e indisoluble con el que aburrir y desterrar a la parroquia. 

Aunque creo que por hoy, ya he escrito suficiente humo como para no sentirme mal en este cierre de semana. 

¡Nos vemos en el siguiente! 


Reflexión de la semana: 
~$ python3.5
Python 3.5.2 (default, Nov 17 2016, 17:05:23)
[GCC 5.4.0 20160609] on linux
Type "help", "copyright", "credits" or "license" for more information.
>>> import math
>>> math.inf
inf
>>> 1**math.inf
1.0
>>> print("Ole ahí")