domingo, 31 de diciembre de 2017

Epílogo 2017 (parte II)

Del latín epilŏgus, y a su vez, del griego ἐπίλογος epílogos: 

El prefijo epi ἐπί traducido como sobre (acerca de, encima de), mientras que logos λογος, se traduce como palabra, expresión o tratado (véase [1]). Así pues, epílogo se define en [2], en su primera acepción, como 

Recapitulación de lo dicho en un discurso o en otra composición literaria.



Fuentes: [1] y [2]


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Como acostumbro, el último de cada año suelo hacer un balance de la temporada, a modo de ejercicio personal con el fin de recapitular, recordar y revivir los momentos que más me han marcado, de los que más he aprendido, dejar unas cuantas frases que encierren una lección tal que sea obligación de su lector el difundirlas y ser el canal del autor original en ese órdago a la sabiduría. Todo ello con el objetivo de proyectar el siguiente ciclo con una serie de directrices autoimpuestas para llegar al final del año siguiente y pensar de mí mismo que he avanzado, que soy un incremento del yo de las Navidades pasadas. 

Esta es una noche para ello. Acostumbrarás, lector, a ver estos días infinidad de textos, fotografías y vídeos transmitiéndote estos mensajes a veces muy contra tu voluntad y dejándote una sensación de todo a cien un tanto incómoda. Un mensaje que se replica en las redes, que no se hizo exclusivamente para tus ojos y que tiende a llegar por fuentes distintas, saturando al personal. Quiero pensar que si estás aquí es porque querías algo distinto y sientes estas palabras como tuyas, pues así lo son. 

Este ha sido el año más intenso que recuerde. Un año para brindar por él, un año que jamás esperé que viniera así. El clásico ejemplo de algo que se empieza con unas expectativas y éstas se ven desbordadas, minimizadas e incluso ridiculizadas por la consistencia de la realidad. Un año de gentes, de viajes, de descubrimientos asombrosos, de malos vinos pero de corazones que hacen enmudecer las palabras para hablar por sí mismos. Descubrimientos. Sorpresas. Mucho aprendizaje. 

No tengo palabras suficientes para expresar una serie de sentimientos que he descubierto a lo largo de mi buen 2017, entre ellos, la gratitud hacia el destino por haberme obsequiado con un año como éste y solo espero seguir siendo digno de ello para que los que estén por venir sean iguales o mejores. 

Soy consciente que lo bueno no llega por sí mismo, o al menos no en todas las ocasiones. Como diría Virgilio, Audentes Fortuna iuvat, la suerte favorece a los valientes, pues hay que ser muy audaz para perseguir los sueños y tener los arrestos de tomar decisiones. Pero no solamente de valor se trata.  El camino tiene que ser arduo. Tiene que ser escarpado, adverso y desesperante en ocasiones. Las ausencias tienen que doler para que las presencias sean inefables. Ahí es cuando tomas consciencia de ti mismo y superas cualquier obstáculo y sabes que tienes algo auténtico, sin superficialidad, carente de toda capa que emborrone la verdad, tan sutil y perfecta que se explique por sí misma.

Y es así porque ninguna historia que se precie narra algo sencillo, cotidiano o monótono. Es así porque las historias necesitan de epílogos para tomar aire, echar la vista atrás y al caer el telón, poder decir: "este ha sido un buen libro". 

Pero lo mejor siempre está por llegar. 


Quotes


Como siempre, aquí van algunas de las frases que más me han llenado en este ciclo ya casi extinto. Hay muchísimas más, que bien me las guardo o bien aparecerán más adelante. Solo una pizca para una noche de chispas.
  
El lugar terminó siendo conocido como Compostela - el campo de la estrella - y luego surgió una ciudad que atraería viajeros de todo el mundo cristiano. A estos viajeros que recorrían la tercera ruta sagrada, les fue dado el nombre de peregrinos, y tuvieron como símbolo una concha. 
El peregrino de Compostela - Paulo Coelho


Nada está oculto sino para ser manifestado, y nada se hace a escondidas sino para ser revelado. 
El peregrino de Compostela - Paulo Coelho


La vida es infinitamente más extraña que todo cuanto la mente del hombre podría inventar. 
Obras completas de Sherlock Holmes - Sir Arthur Conan Doyle


La fuerza surge de la necesidad; la seguridad tiene como premio la debilidad. 
La máquina del tiempo - H. G. Wells


Una ley de la naturaleza que a menudo no tenemos en cuenta nos dice que la versatilidad intelectual procede del cambio, el peligro y los problemas. 
La máquina del tiempo - H. G. Wells



Life and death appeared to me ideal bounds, which I should first break through, and pour a torrent of light into our dark world. 
Frankenstein - Mary Shelley


What was I? The question again recurred, to be answered only with groans. 
Frankenstein - Mary Shelley


I shall commit my thoughts to paper, it is true; but that is a poor medium for the communication of feeling. 
Frankenstein - Mary Shelley



domingo, 24 de diciembre de 2017

Epílogo 2017 (parte I)

Se van quedando tantas cosas en el tintero que resulta imposible no intentar si quiera rescatarlas en un par de humildes textos que vengan a ajustar las cuentas de un año cargado de momentos. Aunque originalmente este fragmento nacía con la intención de ser una felicitación genérica e impersonal a todo aquel que tuviese a bien leerla (y al que no, también, aunque jamás tuviese constancia de ella) creo que el cuerpo me pide algo más. 

Y es que es demasiado fácil recurrir a ese compendio virtualmente infinito de imágenes cargadas de brillos, vídeos mal editados y grupos de contactos en distintas redes sociales para, con un par de toques de pulgar, cumplir con familiares, amigos y dejar uno su conciencia tranquila en lo que se refiere a la obligatoria labor de saludar y desear lo mejor en la víspera de la fiesta. No lo tomes como una crítica, lector, que sé que lo has hecho tú también al igual que yo mismo. Es solo que este año no me apetecía esa mecánica. Este año en vez de enviaros una felicitación así, dejaré ésta por escrito y os invitaré a dedicarle un minuto, para que en ese maremágnum de "Feliz Navidad", "mis mejores deseos", "igualmente" y vídeos de gatos, haciendo cosas de gatos pero con la inenarrable mejora de un disfraz gatuno de Papá Noel, además tengáis unas cuantas palabras de alguien que pensó en todos y cada uno de vosotros mientras las escribía. 

Meowy Chrizztmazz!

¡Teclado, nieve y canción! ¡Empezamos!





Imagino, lector, que estás en casa, rodeado de las personas que te quieren que bien pueden ser familia, amigos, un batiburrillo de éstos o algo quizá más discreto. Habrá luces, mucho color rojo, copiosos menús que luego nos arranquen unos cuantos ayayais, música y muchas sonrisas. Preparativos para los eventos que están por venir, pues hoy no es más que el comienzo. El primero de una sucesión de días de celebración en lo que no terminamos de tener claro, por mucho que digamos que sí, qué es lo que estamos celebrando. Miramos de soslayo la posibilidad de que sencillamente nos guste el ambiente festivo y que aunque no interioricemos los valores que hoy la cultura de occidente enarbola a golpe de villancico, buenos propósitos y tradición, somos partícipes de ello como los que más. 

Nos merecemos unas fiestas. Echemos la vista atrás y descubramos cómo a lo largo del año hemos lidiado con numerosos problemas, dificultades, momentos tristes, tensos, poco agradables o incluso indiferentes. Pero también nos llevamos un buen surtido de grandes recuerdos, de esos que también en soledad nos despiertan una sonrisa, que quedaron plasmados en fotografías, vídeos o vivencias que ya nadie nos borrará del corazón. Si de hoy debemos sacar algo es sin lugar a duda un cóctel de todo ello y servírnoslo en compañía de toda esa gente a la que queremos mientras recordamos especialmente a la que ya no está, a la que tenemos lejos en la distancia o en el tiempo y la que ha contribuido en algo en nuestras vidas con sus palabras, su tiempo, su obra o su sonrisa, aunque sean completos desconocidos. 

Es la noche de embriagarse con lo bueno que hemos pasado y soñar con lo bueno que está por llegar. Puede que no sea un camino de rosas, porque nada lo es, pero ahí estaremos para sortear y superar los obstáculos que se nos pongan por delante y contar con la gente que te quiere para recibir el empujón necesario y dejarlo atrás.  

No olvides brindar con ese cóctel por ti mismo, lector. Por la mejor versión de ti mismo que fue y principalmente por la mejor versión de ti mismo que será, pues siempre está por llegar. Si hay un día para hacerlo, es hoy. 

¡Felices fiestas!